¿Cómo empezar a correr? Es una de las preguntas más comunes entre aquellos que quieren iniciarse en el running, especialmente a cierta edad. A primera vista, lo más difícil es dar el primer paso, pero luego viene el segundo, mantener la constancia, lo cual tampoco es sencillo.
La fuerza de voluntad es fundamental y depende únicamente de ti. Sin embargo, seguir y aplicar los principios de la metodología Lean puede ser de gran ayuda.
Échale un vistazo a estos consejos.
Primero, Comprueba que todo está O.K. con un Chequeo Médico
Realizarse un chequeo médico antes de comenzar a practicar deporte tras mucho tiempo sin hacerlo es muy recomendable por varias razones:
- Evaluación del estado de salud: una revisión médica permite conocer el estado general de salud y detectar cualquier patología oculta que pudiera agravarse con la actividad física intensa. Por ejemplo, problemas cardiovasculares, respiratorios o músculo-esqueléticos.
- Prevención de lesiones: identificar lesiones físicas y ajustar el tiempo y la intensidad del ejercicio puede prevenir lesiones, evitando problemas derivados de un esfuerzo físico inadecuado.
- Personalización del ejercicio: conocer el estado de salud permite a los profesionales diseñar un programa de ejercicios personalizado y seguro, adaptado a las necesidades y condiciones individuales.
- Control de condiciones crónicas: para quienes padezcan de enfermedades crónicas, un chequeo permite ajustar la medicación y las recomendaciones médicas para que el ejercicio no afecte negativamente a su condición.
En definitiva, realizar una revisión médica previa es una medida preventiva que garantiza que empezar a correr o a practicar cualquier otra actividad física sea seguro y beneficioso, minimizando riesgos y optimizando resultados.
Si vas a Empezar a Correr desde Cero, Necesitas Equipamiento
Aplicando la filosofía Lean, lo ideal es que adquieras un equipamiento básico y mejorarlo a medida que vayas progresando. Se trata de minimizar el desperdicio y maximizar el valor con el menor esfuerzo posible. Al aplicar estos principios al running, se puede proceder de la siguiente manera:
- Compra de lo básico: al empezar, invierte tu dinero en cosas esenciales. Por ejemplo, un par de zapatillas adecuadas para correr y ropa cómoda y ligera. Si es posible, un dispositivo que mida tiempo y distancia también es muy útil.
- Iterar y mejorar: a medida que vayas avanzando y consolidando tu hábito hacer running, identifica las necesidades que van surgiendo y realiza inversiones graduales. Puedes comprar mejores zapatillas, ropa técnica, o dispositivos avanzados para monitorear tu rendimiento.
- Aprendizaje continuo: evalúa regularmente tu progreso y ajusta tus necesidades de equipamiento basándote en tus objetivos y experiencias. Esto asegura que cada compra adicional aporte un valor real a tu rutina de deporte.
Como ves, este enfoque permite evitar gastos innecesarios y garantizar que tus inversiones realmente contribuyan a mejorar tu rendimiento y experiencia al correr.
Ya con todo Listo, Prepara tu Cuerpo para Comenzar a Correr
Antes de empezar a correr, es crucial preparar tu cuerpo. Realiza un calentamiento adecuado con estiramientos dinámicos para activar tus músculos. Así, minimizarás el riesgo de lesiones y mejorarás tu rendimiento. Y, como hemos dicho antes, usa ropa y calzado adecuados para mayor comodidad y protección.
Establece Objetivos Claros
Fíjate unos objetivos específicos y, sobre todo, alcanzables, sé realista siempre. Por ejemplo, corre tres veces por semana durante 20 minutos. De esta forma, podrás determinar tu progreso y realizar ajustes basados en datos reales, siguiendo el ciclo Lean de «medir y aprender».
Pero, ¿Cómo Empiezo a Correr? Inicia con Caminatas Rápidas
No intentes correr muchos kilómetros de primeras porque no lo vas a lograr, te frustrarás y lo dejarás. Mejor comienza con caminatas largas e intercala trotes cortos. Este método «correr-caminar» te ayudará a aumentar tu resistencia sin sobrecargar tu cuerpo. Incrementa gradualmente el tiempo de carrera y reduce el de andar conforme te adaptes.
Mantén una Técnica Adecuada
Una técnica correcta es clave para evitar lesiones. Mantén una postura erguida, mira hacia adelante y relaja los hombros. Además, intenta aterrizar suavemente sobre la parte media del pie en lugar de los talones para reducir el impacto y correr de manera más eficiente.
Incorpora el Descanso en Tu Rutina
El descanso es esencial en cualquier metodología Lean. Tu cuerpo necesita tiempo para recuperarse y adaptarse al nuevo esfuerzo. Programa días de descanso o de actividad ligera, como caminar o realizar ejercicios de estiramiento, para evitar el sobrecalentamiento y las lesiones.
Si vas a Empezar a Correr, Cuida tu Alimentación e Hidratación
Una dieta equilibrada y una hidratación adecuada son muy importantes y también requieren fuerza de voluntad y constancia. Así que, consume alimentos ricos en nutrientes y deshecha la comida basura para obtener la energía necesaria. Además, bebe suficiente agua antes, durante y después de correr para mantener tu cuerpo bien hidratado en todo momento.
Encuentra Alicientes
La motivación es clave si quieres mantener la constancia. Busca un compañero de entrenamiento, quedar con alguien siempre te «obliga» a cumplir para no dejarlo plantado. También puedes unirte a un grupo de running o participar en eventos locales. Escucha música o podcast mientras corres para hacer tus sesiones más agradables y mantenerte motivado.
Escucha a Tu Cuerpo
Finalmente, presta atención a las señales de tu cuerpo. Si sientes dolor o fatiga excesiva, detente y descansa. Ignorar estos avisos puede llevarte a lesiones graves y retrasar tu progreso. En el espíritu Lean, ajusta tus actividades según el feedback de tu cuerpo.
Conclusión
Todos estos consejos basados en la filosofía Lean te ayudará a empezar correr de manera efectiva y segura. Pero, nada de esto sirve sin ganas y fuerza de voluntad, al final todo depende de ti mismo. Recuerda que la perseverancia y la paciencia son fundamentales para alcanzar tus objetivos.
¡Ánimo y feliz running!
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